Alta tensión en la UE por el «bazar» del reparto de vacunas.

Los líderes de los 27 chocan por el reparto de vacunas y los recelos ante el mecanismo de control de las exportaciones.

La presión ante la falta de vacunas sube cada vez más entre los 27 Estados Miembros de la UE. El severo agujero que están provocando los continuos retrasos de AstraZeneca en la entrega de las dosis está dejando a algunos países más rezagados en el despliegue de sus campañas de vacunación y eso está generando tensiones en algunos países que habían apostado principalmente por la vacuna de la anglosueca.

Austria es uno de los países que está levantando más la voz por lo que entiende que es una desigual distribución de las vacunas y su canciller, Sebastian Kurz, aprovechó la videoconferencia de los líderes de los 27 para intentar presionar en el reparto del envío extra extra de 10 millones de dosis que Pfizer/BioNTech prevé entregar en las próximas semanas y que permitirá paliar la merma de AstraZeneca.

Sin embargo, Kurz se encontró un no por respuesta. Es cierto que hay varios países que van más retrasados en la vacunación por los problemas de AstraZeneca, como es el caso de Bulgaria, República Checa, Letonia o Croacia, pero Austria no es uno de ellos. Y eso es lo que molesta a algunos países como Alemania o Países Bajos que rechazan que tenga un lote extra de vacunas.

Además, en algunas capitales no han sentado nada bien las formas de Kurz, que hace unos días llegó a calificar de «bazar» el sistema para el reparto de las vacunas. La Comisión Europea, que gestiona la compra centralizada de vacunas para toda la UE, propuso que se repartieran en función de criterios de población, pero los Estados Miembros pueden decidir también cuántas vacunas comprar en función del laboratorio y los que apostaron mayoritariamente por las de AstraZeneca, mucho más económicas que las de Moderna o Pfizer, están sufriendo con los retrasos.

Un papel filtrado durante el Consejo Europeo celebrado ayer ponía de manifiesto que Austria no es ni mucho menos uno de los países más retrasados en la vacunación. De hecho, su tasa de administración es de 17,8 personas de cada 100, por encima de la media de los 27 que se sitúa en 16,9.

La temperatura de la discusión fue subiendo entre los líderes, ante la presión de Austria para recibir más dosis adicionales y su amenaza de bloquear cualquier acuerdo si no recibía más inyecciones. Fuentes diplomáticas confiaban en la previa de la cumbre en que el encuentro no se convirtiera en el comité que está gestionando la distribución de las vacunas entre los países. Pero al final los temores se cumplieron y la discusión derivó a una pelea por las dosis extra.

Sin acuerdo sobre la mesa, los líderes dieron carpetazo al asunto remitiendo la discusión al nivel de los embajadores permanentes (COREPER) que en los próximos días deberán rematar el destino final del lote extra de 10 millones de dosis. En el comunicado que emitieron los líderes a la finalización de la cumbre, subrayaron que este reparto se efectuará «en espíritu de solidaridad» y Kurz se dio por satisfecho tras el encuentro.

El otro punto de fricción entre los líderes fue la discusión sobre el endurecimiento del mecanismo de control a las exportaciones de vacunas, que la Comisión Europea había presentado tan sólo un día antes, algo que tampoco gustó en algunas delegaciones. A pesar de que los 27 acabaron respaldándolo, su introducción no genera el mismo entusiasmo en todas las capitales.

Países Bajos, uno de los principales centros de fabricación de las vacunas, fue uno de los más escépticos sobre el bloqueo de envíos ante los temores de que pueda crear un problema todavía mayor generando perturbaciones en la cadena de suministros global. Europa es el mayor fabricante de vacunas del mundo pero muchos de sus componentes y materias primas llegan desde terceros países. El primer ministro holandés, Mark Rutte, vio el mecanismo aceptable pero expresó su deseo de que no tuviera que utilizarse.

El control tampoco convence al predecesor de Von der Leyen al frente de la Comisión Europea, Jean Claude-Juncker, quien advirtió este jueves en una entrevista en la BBC de que «podría crear un gran daño en la reputación de la UE» y pide «dar un paso atrás en la guerra de vacunas».

No obstante, otros países mostraron abiertamente su apoyo a mecanismo. El presidente francés, Emmanuel Macron, aseguró que era el momento de «poner fin a la ingenuidad de la UE» y respaldó sin rodeos el «bloqueo de todas las exportaciones mientras algunas compañías farmacéuticas no respeten sus compromisos con los europeos».

En la misma línea se manifestó Von der Leyen, quien insistió tras la cumbre que el control es necesario para «garantizar la transparencia que estaba faltando» y remarcó que las compañías como AstraZeneca que no están cumpliendo con los contratos firmados con la UE no podrán exportar hasta ponerse al día con el suministro comunitario.

Desde que empezaran a despacharse las primeras vacunas en diciembre del año pasado, unos 77 millones de dosis han salido de la UE rumbo a 33 países, muchas más que los 62 que el bloque comunitario ya ha administrado a su población.

Además, Reino Unido es el país que más inyecciones fabricadas en territorio comunitario ha recibido con 21 millones, confirmando los recelos de la UE sobre los envíos al otro lado del Canal desde donde todavía no ha llegado ninguna vacuna. Ante estos datos, Bruselas quiere «reciprocidad y proporcionalidad» con el mecanismo. Es decir, se guarda la posibilidad de vetar los envíos a países que, como Reino Unido, no están compartiendo las vacunas que están fabricando y además tienen mayores tasas de vacunación.

La UE quiere que el endurecimiento del control a las exportaciones suponga un aviso y un incentivo para que Reino Unido se abra a compartir las dosis que AstraZeneca está fabricando en suelo británico. De momento, horas después de su anuncio Bruselas y Londres anunciaron que negociaban para encontrar una solución en la que «salgamos ganando todos». Tras la cumbre, Rutte mostró un optimismo cauteloso sobre este acuerdo.

Y en medio de los líos con las vacunas, la UE sigue rezagada en la vacunación, aunque en Bruselas confían en que despegará con fuerza en abril. El bloque comunitario habrá recibido a finales de esta semana 88 millones de vacunas, de las que 62 han sido ya administradas. El número de personas que ya ha recibido las dos dosis alcanza los 18,2 millones de personas, lo que apenas representa el 4,1% de la población total de la UE, muy lejos aún del objetivo del 70% de la población adulta para el final del verano.

Para el segundo trimestre del año, las últimas estimaciones que maneja Bruselas apuntan a un compromiso de entrega de 360 millones de dosis, de las que 200 llegarían de Pfizer, 35 de Moderna y 70 de AstraZeneca, que otra vez prevé entregar muchas menos dosis de los 180 anunciados inicialmente. Además, empezarán a llegar las inyecciones de Johnson & Johnson, que a diferencia de las tres anteriores tan solo requieren un pinchazo. La UE espera que lleguen 55 millones hasta julio de esta vacuna monodosis.


Fuente: Expansión.