Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia y Sabadell estrenarán el ‘sandbox’ español.

La banca está en fase de selección de las iniciativas que quieren testar en el campo de pruebas aprobado el año pasado por el Gobierno.

Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia y Sabadell quieren estar desde el principio en el sandbox, el espacio de pruebas creado por el Gobierno para proyectos de innovación financiera con base tecnológica. Se trata de una muestra del compromiso de la banca en adaptarse al cambio de paradigma que exigen los nuevos tiempos.

Están analizando con qué proyecto o proyectos se presentarán a esta primera convocatoria, cuyo plazo finaliza el 23 de febrero. El proceso está coordinado por el Tesoro, dependiente del Ministerio de Economía.

CaixaBank está estudiando si se presenta solo o en colaboración con alguna fintech. Es el caso de Bankia, que lo hará en alianza con Finweg, con una iniciativa para poner en marcha «una nueva plataforma de pagos digital que se sustentará en un innovador modelo de tokenización de operaciones con tecnología blockchain». Es un instrumento electrónico de pagos apto para que se les atribuya la misma condición de título valor que la reconocida actualmente en el tráfico mercantil a los cheques y pagarés.

«El objetivo estratégico es ofrecer al mercado de empresas y de sus proveedores financieros una plataforma para que puedan realizar la transformación de sus procesos de pagos, de administración del flujo de caja y de gestión de liquidez», ha indicado Bankia, que prevé presentar más proyectos.

Sabadell considera que estar en el sandbox es una buena oportunidad para acelerar su capacidad de innovación. Tras analizar diez potenciales iniciativas se ha decantado por un proyecto que introduce nuevas capacidades en ‘banca conversacional’ y que goza de sistemas de seguridad avanzados. La iniciativa ha sido desarrollada en colaboración con una fintech española. Sabadell quiere elevar varios grados su perfil como banco digital y para ello acaba de fichar como primer ejecutivo a César González-Bueno, ex consejero delegado de ING en España y Portugal.

Además de estas entidades, la mayoría del top 10 del ránking español tiene intención de participar en el sandbox, algo que constituye una demanda histórica por parte del sector, que hasta ahora se ha visto obligado a ir casi a ciegas y eso ha ralentizado su crecimiento.

Las solicitudes deben ir acompañadas de una memoria justificativa. El Tesoro las trasladará a las autoridades supervisoras competentes para su admisión o desistimiento.

Según fuentes del sector, entre bancos y fintech se presentarán en esta primera convocatoria de 40 a 60 iniciativas.

El sandbox coloca a España en la vanguardia tecnológica, ya que apenas hay seis en toda Europa y poco más de 20 en el mundo. Uno de los grandes referentes es el británico, que echó a andar a comienzos de 2017. «Este proyecto posicionará a España como un centro de innovación y de atracción de talento a nivel global», señaló recientemente Gonzalo Rodríguez, director de desarrollo de negocio de BBVA en España.

Un sandbox es un campo de pruebas pensado para la experimentación con modelos de negocio novedosos que carecen de legislación propia.

En sectores fuertemente regulados, como el financiero, poder realizar pruebas con clientes reales no es sencillo. Contar con algo así permite acompasar el cumplimiento de las estrictas regulaciones con el crecimiento y los ritmos que necesitan las empresas más innovadoras, de forma que no se les estrangule con demasiadas normas, pero tampoco disminuyan las garantías para los consumidores.

«Tener un espacio experimental de este tipo es básico para decidir si un modelo de negocio es escalable o no. También para testar la viabilidad de modelos pioneros todavía no existentes en otros países», explica Rodrigo García de la Cruz, presidente de AEFI, una asociación que representa a 150 fintech y que lleva trabajando desde 2018 para que el sandbox salga adelante.

Según sus cálculos, la implantación del sandbox permitirá atraer talento internacional (hasta 5.000 empleos en dos años) al ecosistema fintech español, que por tamaño está a la altura del francés y del alemán.

Se estima que en España operan unas 600 fintech, más otras 200 enfocadas en el mundo asegurador, que en total dan empleo a unas 30.000 personas.


Source: Expansión.