Abengoa se derrumba y solicita la quiebra con más de 6.000 millones de deuda.

El grupo tira la toalla tras meses de agonía y guerras internas de accionistas minoritarios y pide el concurso para proteger a los acreedores, entre ellos Santander, CaixaBank y KKR.

Tras meses de agonía, Abengoa ha comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que ha decidido «solicitar la declaración de concurso voluntario«, al concurrir los supuestos «previstos en la legislación concursal y considerando que esta medida es la más adecuada para salvaguardar los intereses de la sociedad y de todos los acreedores».

Según las últimas cuentas oficiales del grupo, presentadas hace una semana, la deuda financiera y con proveedores de la empresa ascendía en 2019 a más de 6.000 millones de euros. De esta cifra, 1.200 millones son con proveedores. El resto es deuda financiera y otras cuentas pendientes, como impuestos (más de 200 millones). El grupo arrastra un déficit patrimonial de más de 4.000 millones.

Ayer, después de años de calvario, todos los acontecimientos se precipitaron. Por la mañana, el grupo informó que los acreedores financieros no habían extendido las prórrogas que venían concediendo hasta ahora al grupo para que sacara adelante su plan de refinanciación.

Esto suponía cerrar el oxígeno con el que Abengoa venía aguantando desde hace meses. Sin esas prórrogas, la banca podrá ejecutar en cualquier momento las garantías que tiene sobre determinados activos de la empresa. Por ejemplo, Abenewco I, la filial donde se colocaron todos los activos buenos de la empresa.

A los problemas financieros, se suma la caótica situación que desencadenó un grupo de accionistas minoritarios, cuando paralizó el plan financiero que el anterior consejo estaba a punto de sacar adelante.

Los acreedores financieros, entre ellos Santander y CaixaBank, habían ido concediendo prórrogas desde septiembre a la espera de materializar ese plan financiero. Pero no ha sido posible. La última prórroga vencía el pasado viernes, 19 de febrero.

La sociedad informó a primera hora al regulador que «los acreedores financieros no han otorgado los consentimientos solicitados para extender de nuevo el plazo para el cierre y ejecución del acuerdo de reestructuración», que se aprobó en agosto.

Ese plan estaba pendiente solo del apoyo financiero de 20 millones de euros por parte de la Junta de Andalucía, que nunca llegó. Sin un plan alternativo aprobado por todos los accionistas, la incertidumbre ya era total.

El consejo de Abengoa decidió esta mañana reunirse de forma «inmediata» para tomar «las decisiones que le correspondan para proteger los intereses de la empresa». Ramon y Cajal Abogados, que ya asesoró al grupo el pasado año, sigue trabajando para la empresa. En agosto, la matriz ya presentó preconcurso. El juez se mantenía a la espera de que la empresa aportara una solución para resolver favorablemente esa situación y evitar que derivara en el concurso y quiebra definitiva. Pero no ha sido posible.

Una vez agotado el plazo de preconcurso, el grupo no tiene más remedio que ir a concurso y por lo tanto a su liquidación final. La fecha límite del preconcurso era el 18 de febrero. Ahora solo queda intentar salvar trozos de Abengoa. Es decir, filiales por separado.

Según el consejo, éste sigue «comprometido en buscar alternativas para evitar la inviabilidad de las sociedades filiales que desarrollan la actividad del grupo y, con ello, preservar el empleo y tratar de minimizar la pérdida de valor, objetivo para el cual se solicita a todos aquellos que tienen intereses en la sociedad y su grupo la máxima colaboración para tratar de evitar perjuicios definitivos».

La filial más valiosa sigue siendo Abenewco I, pero está totalmente hipotecada por los bancos. Para el próximo día 4 de marzo hay convocada una nueva junta de Abengoa a instancias del grupo de minoritarios más rebelde, desgajado del primero que se creó. Este nuevo grupo de minoritarios está encabezado por Clemente Fernández, ex presidente de Amper.

El Ibex se desmarca de las dudas en Europa apoyado por los valores del sector turístico, los bancos e Inditex, que le refuerzan sobre los 8.200 puntos y a la espera de la avalancha de resultados empresariales que se conocerán en los próximos días.

Las Bolsas europeas cotizan con muchas dudas a la espera de la intervención del presidente de la Fed estadounidense, Jerome Powell, ante el Comité Bancario del Senado. El repunte de la deuda está provocando una fuerte rotación sectorial de los valores tecnológicos hacia los cíclicos. De ahí las fuertes diferencias entre unos índices y otros.

Ese es el factor diferencial del Ibex, que se desmarca del resto de índices y sube con fuerza animado por los valores del sector turístico, la banca e Inditex. Los inversores reciben, además, el plan de desescalada en cuatro fases de Reino Unido, que ha provocado un fuerte incremento en las reservas de viajes, y la mayor flexibilización en Alemania, así como los avances en la campaña de vacunación. El selectivo español supera los 8.200 puntos después de que ayer salvara finalmente el nivel de los 8.100.

La Bolsa española afronta esta semana una avalancha de resultados empresariales. Hoy ha presentado sus cuentas anuales Enagás, con un beneficio después de impuestos de 444 millones de euros en 2020, lo que supone un incremento del 5,1%. Además ha elevado el dividendo. Sus cuentas son recibidas con alzas del 1,8% en su cotización. Mañana será el turno de Aena, Endesa, Gestamp, Iberdrola y Red Eléctrica. El jueves llegarán las de Telefónica y Ferrovial y el viernes, las de IAG.

Precisamente Telefónica es uno de los valores que más interés concita entre los inversores. Su consejo de administración se reúne el miércoles, un día antes de la presentación de sus resultados, y los analistas apuntan a que podría bajar el dividendo para mejorar su posición financiera. La compañía ha realizado numerosas desinversiones en los últimos años para reducir su deuda. La última de ellas se anunció ayer. Se trata de la venta del 60% de su filial de fibra en Chile por 500 millones de euros. Sus acciones se mueven con descensos de 1,6%.

Los valores del sector turísticos vuelven a destacar en los avances. Amadeus se dispara un 7,8%, Aena sube un 3,3% e IAG suma un 2,8%, reforzado sobre los 2 euros por acción y apoyado por el plan de desescalada en Reino Unido.

El mayor valor por capitalización del mercado español, Inditex, se suma a las subidas, con alzas del 4,7%. También los bancos aportan puntos al selectivo, con Bankinter a la cabeza, que sube un 5,9%.

Al igual que en la sesión de ayer, los valores vinculados a las energías renovables vuelven a sufrir un fuerte varapalo por el repunte de la deuda. Así, profundizan en sus descensos Solaria (-5,6%), Siemens Gamesa (-8%) y Acciona (-4,8%).

En el resto de Bolsas europeas se imponen las ventas, mucho más fuertes en el Dax alemán y en el Mib italiano.

En el mercado de deuda, que está en el centro de atención de los inversores, las rentabilidades vuelven al alza tras el paréntesis de ayer, propiciado por las palabras de Christine Lagarde, referidas a que el BCE vigilaría de cerca la evolución de los bonos soberanos. El rendimiento del bund alemán se acerca otra vez al -0,30% y el del bono español a diez años sube hacia el 0,35%. En el caso del bono estadounidense, la rentabilidad repunta hacia el 1,40%.

El petróleo da continuidad a su rally con el barril de Brent por encima ya de los 65 dólares. El de tipo West Texas, de referencia en Estados Unidos, cotiza en los 62 dólares.


Fuente: Expansión.