Buenas noticias para Telefónica. La CMA, la autoridad británica de la competencia, ha aprobado finalmente, sin ningún tipo de condiciones (remedies) la fusión de O2, la filial móvil británica de Telefónica y de Virgin, el grupo de cable lider del mercado británico. La fusión crea un grupo que será tan grande como el líder del mercado, BT, y el único, por ahora, en poderle disputar la supremacía en los mercados de banda ancha y de móvil a la vez. Al tiempo, la fusión permitirá una sustancial reducción de la deuda de Telefónica.
La Autoridad de Competencia y Mercados del Reino Unido (CMA) ha anunciado hoy su aprobación final de la empresa conjunta participada al 50% entre Liberty Global y Telefónica para combinar Virgin Media y O2. Todas las condiciones regulatorias se han cumplido de acuerdo con los términos originales y ahora se espera que la transacción se cierre el 1 de junio de 2021. La CMA autorizó provisionalmente la transacción el mes pasado, sin que se requieran recursos, después de que la Comisión Europea la remitiera a la CMA. La fusión se aprueba, por tanto, sin ningún tipo de condición o remedie.
Telefónica y Liberty Global anunciaron la creación de la empresa conjunta el pasado mes de mayo, uniendo a Virgin Media, el operador de cable más grande del país y a O2, la filial móvil de Telefónica. La combinación creará un competidor fijo y móvil más fuerte en el mercado británico, apoyando la expansión de la red giga-ready de Virgin Media y el despliegue móvil 5G de O2. Se espera que la empresa conjunta produzca sinergias sustanciales valoradas en 6.200 millones de libras esterlinas sobre la base del valor neto actual después de los costes de integración y creará un proveedor de comunicaciones integrado a nivel nacional con 11.000 millones de libras esterlinas de ingresos.
Liberty Global y Telefónica anunciaron el mes pasado el nombramiento de Lutz Schüler como consejero delegado y de Patricia Cobian como directora financiera de la empresa combinada una vez completada la transacción. Schüler es actualmente consejero delegado de Virgin Media y Cobian directora financiera de O2.
José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica y Mike Fries, consejero delegado de Liberty Global, han comentado que «este es un momento decisivo en la historia de las telecomunicaciones en el Reino Unido ya que ahora estamos autorizados a presentar una alternativa real donde no ha existido antes, mientras invertimos en fibra y 5G, algo que el Reino Unido necesita para prosperar. Agradecemos a la CMA que haya llevado a cabo una revisión exhaustiva y eficiente».
La operación ha tardado más de un año en autorizarse, ya que fue anunciada oficialmente el 7 de mayo de 2020, en pleno confinamiento por la pandemia.
Pallete cierra el círculo
De hecho, supone el cierre de un ciclo, puesto que en abril de 2016, nada más incorporarse a la presidencia de la operadora, Álvarez-Pallete recibió la noticia de que Bruselas iba a vetar la venta de O2 a la hongkonesa Hutchison, una operación que había cerrado el anterior presidente, César Alierta y que hubiera supuesto una pérdida de un activo importante, pero hubiera desendeudado de golpe a la operadora española.
Tras el veto comunitario y cinco años después, Pallete logra quitarse la espina, habiendo logrado un fuerte desendeudamiento -cuando se cierre esta operación y la de la venta de torres de Telxius, la deuda neta caerá en otros 9.000 millones de euros y bajará hasta unos 26.000 millones, la mitad que hace 5 años- y sin renunciar al activo británico.
La operación, que es la más importante de la historia de Telefónica en términos de valor conjunto (38.000 millones de libras de valor de empresa, unos 43.800 millones de euros) es fundamental en la estrategia de Telefónica por varias razones, tanto financieras como estratégicas.
Elimina el riesgo competitivo
Desde el punto de vista de estrategia competitiva, la fusión elimina por completo el riesgo que tenía Telefónica antes de quedar en desventaja en un mercado que, razonablemente, en el futuro irá orientándose a la convergencia, es decir a la venta empaquetada de servicios de fijo y banda ancha fija, junto con el móvil y los servicios de televisión.
BT, que es el líder de la banda ancha fija compró hace años a EE, el líder del mercado móvil, precisamente para eso. Ahora, con la fusión de Virgin y O2, la nueva empresa, que tiene un tamaño en clientes similar al de BT, ayudará a acelerar la transición hacia la convergencia, lo que pondrá en dificultades a los otros cuatro actores del mercado británico que no tienen a la vez pata fija y pata móvil, es decir, Vodafone y Three (Hutchison) en el móvil y Sky y Talk Talk en el fijo.
La nueva firma dará lugar a un proveedor integrado de telecomunicaciones líder en el Reino Unido con más de 46,5 millones de suscriptores de vídeo, banda ancha y conectividad móvil, (de los que 32.6 millones corresponden al móvil, 5.3 millones a banda ancha fija, 4.9 millones a voz fija y 3.7 millones a TV de pago), que supera ligeramente a los 46,3 millones de clientes de BT. En cuanto a ingresos, en 2019 cerró con 11.300 millones de libras (unos 13.000 millones de euros)
Megadividendo
Además, la Telefónica espera recibir entre 5.500 y 5.800 millones de libras (entre 6.340 y 6.690 millones de euros) en efectivo por la operación, por lo que la deuda neta bajará en la misma cantidad.
De este dinero en efectivo que recibirá, una parte, 2.500 millones de libras, son un pago directo de Liberty y el resto -unos 3.000 millones de libras- corresponden al 50% del megadividendo de alrededor de 6.000 millones de libras que pagará la filial a sus dos accionistas.
Para ello, una vez cerrada la creación de la empresa, el nuevo grupo se endeudará para llegar a una ratio de deuda neta sobre ebitda de 4 o 5 veces, para lo que tendrá que emitir hasta 6.000 millones más de libras.
Fuente: Expansión.