Bankinter reafirma su fuerza.

Como casi siempre Bankinter ha madrugado abriendo la temporada de resultados y esta mañana ha presentando unos resultados operativos 2020 muy razonables, con subidas del 6,8% en el margen de intereses, del 3,6% en el margen bruto y del 4,5% en el margen de explotación, cerrando el año con una caída del 42,7% en el beneficio atribuido hasta 317 millones, impactada por el aumento del 37% en las provisiones de crédito y el cargo especial de 242,5 millones denominado «Impacto cambio escenario macroeconómico» por la pandemia. El resultado de la actividad bancaria recurrente cae un 13% hasta 473 millones por las provisiones mencionadas.

Con estas cifras Bankinter alcanza en este año límite para la economía una rentabilidad sobre el capital tangible (ROTE) del 7,4% y una rentabilidad sobre activos (ROA) del 0,35%, destacando la excelente estructura de costes (ratio de eficiencia del 48,5%) y unos indicadores de morosidad (2,37%, aproximadamente la mitad que el sistema, con cobertura del 60,5%) y solvencia (CET1 FL del 12,3%) muy potentes. La actividad comercial es más que satisfactoria, con crecimientos del 6,6% en la inversión crediticia y del 12,4% en los recursos minoristas de clientes. Los fundamentales de Bankinter son así muy positivos, siempre liderando en el sector.

Entre los seis principales bancos españoles Bankinter, ahora el sexto por tamaño de activos, es el único que ha permanecido ajeno al proceso de consolidación, y sigue por convencimiento estratégico sin ser candidato a fusiones bancarias,. En los nuevos estándares de tamaño, es ahora un banco mediano, pero sus niveles de rentabilidad superan con mucho a los de los tres grandes. Su foco es la excelencia en la gestión y el crecimiento orgánico, y en cada presentación de resultados demuestra que tiene tamaño y solvencia suficientes para mantenerse en solitario, prestando un servicio de primer nivel a su clientela.

El modelo de Bankinter por tanto desafía la propuesta de que el sector bancario español debe quedar reducido a tres o cuatro macro entidades, a la vez que da buenos argumentos a los que piensan, entre los que me encuentro, que el sector no necesita más concentración, que sería perjudicial para clientes y empleados, y para la sociedad en su conjunto. Esto debiera aplicar, en mi opinión, al cuarto y al quinto grupos bancarios del ranking en España, Sabadell y Unicaja, que deben ser cautos con los cantos de sirena de que la única opción estratégica es una fusión para ser más grandes. Es más interesante ser rentable con el tamaño adecuado, como viene demostrando Bankinter.

Me permito poner un pero importante a la actual estrategia de Bankinter, que es la prevista entrega a sus accionistas del 82,6% del capital de su filial Línea Directa Aseguradora (LDA), manteniendo una participación del 17,4%. La operación –anunciada en diciembre de 2019 y que se esperaba ejecutar en septiembre de 2020– está aplazada por la pandemia, pero reduciría en una quinta parte los ingresos de Bankinter y reduciría su rentabilidad en términos de ROTE. En 2020 LDA ha contrribuido el 43,8% del beneficio antes de impuestos del grupo, demostrando su capacidad de actuar como colchón en tiempos bancarios difíciles. Creo por ello que el consejo de administración debiera repensar la bondad de esta operación.

Bankinter es junto con Banco Santander la única entidad del Ibex cuyo primer ejecutivo es una mujer, María Dolores Dancausa, que en octubre ha cumplido diez años como CEO.

Bajo su liderazgo el grupo se mantiene en el podio de la eficiencia, generando valor para empleados, accionistas y sociedad. Un trabajo bien hecho, que da gusto observar.


Fuente: Expansión.