El grupo español, uno de los líderes de renovables en Reino Unido gracias a su filial Scottish Power, se alía a DP Energy para desarrollar megaproyectos de eólica marina.
Iberdrola, el primer grupo energético en España, ha dado un nuevo salto internacional con su irrupción en República de Irlanda. La compañía, presidida por Ignacio Galán, ha comprado proyectos en eólica marina a DP Energy, un desarrollador local con sede en Cork, que supondrá un despliegue masivo de inversiones.
En concreto, Iberdrola se ha hecho con una participación mayoritaria de la cartera de eólica marina (offshore) de ese grupo, que suma 3.000 megavatios. Los proyectos están distribuidos en tres zonas en la costa Este, Oeste y Sur del país. Está previsto que esos proyectos opten a la próxima subasta de licencias que se realizará en Irlanda para los años 2025-2030.
Aunque parezca muy a largo plazo, en grandes proyectos como la eólica marina ese calendario es en realidad muy ajustado. Iberdrola se está tratando de asegurar ya lo que en el sector se conoce como «slots», o emplazamientos en los que desarrollar los proyectos. Hasta 2025 irá tramitando el resto de licencias necesarias.
Entrada en el capital
El acuerdo incluye también la toma de una participación mayoritaria de DP Energy, que se encargará de este tipo de desarrollos. El volumen de inversión necesaria para desarrollar megavatios eólicos marinos es mucho más elevada que en la eólica terrestre.
En el sector, se considera que la inversión estándar media de la eólica offshore ronda los dos millones de euros por megavatio. Eso supondría al menos 6.000 millones de inversión para el plan de Irlanda. Este plan, no obstante, contempla que una parte de los parques eólicos sean flotantes (es decir, sin pilares sujetos al mar). La eólica flotante marina está en su infancia y requeriría inversiones más elevadas, con lo que esos 6.000 millones de inversión base podrían dispararse a los 10.000 millones.
Los proyectos incluidos en el acuerdo son el parque Inis Ealga, en la costa Sur de Cork y el proyecto Clarus, en la costa Oeste del país. El tercero es el proyecto Shelmalere, que estará ubicado frente a la costa Este de Irlanda y se realizaría con tecnología eólica marina clásica de cimentación fija. Una vez en operación, se calcula que los proyectos generarían energía verde para una población equivalente de 2,6 millones de hogares irlandeses.
Diversificación
La operación permite a Iberdrola avanzar en su estrategia de diversificación geográfica en mercados con un entorno favorable a la inversión y posicionarse en la etapa inicial de desarrollo del mercado eólico marino de Irlanda, con gran potencial de crecimiento en los próximos años.
Irlanda cuenta con una ambiciosa estrategia de lucha contra el cambio climático y de transformación de su mix energético, basado ahora en gas, carbón y petróleo. El socio de Iberdrola en el plan irlandés, DP Energy, ya es aliado de Iberdrola en el desarrollo de proyectos en Australia, junto a la nueva filial del grupo español en ese país, Infigen.
Con esta nueva alianza, Iberdrola da un paso muy relevante en su estrategia internacional, y especialmente en el entorno de Reino Unido. Hasta ahora, Iberdrola había sido uno de los líderes de renovables en Reino Unido gracias a su filial Scottish Power, pero no había dado el gran salto a la República de Irlanda. Ahora, podrá sumar economías de escala en la zona.
Punta de lanza
La eólica marina se ha convertido en la punta de lanza el grupo español. Su apuesta por esta tecnología le ha llevado al desarrollo de parques en el mar Báltico alemán (Wikinger y Baltic Eagle), en el Mar del Norte (East Anglia ONE e East Anglia Hub) y el Mar de Irlanda (West of Duddon Sands -siempre en zona británica-, en la costa de Massachusetts (Vineyard Wind), la francesa (Saint Brieuc).
Más recientemente, también ha logrado el acceso a proyectos en etapas iniciales de 9.000 megavatios en Suecia, 3.000 megavatios en Japón y 7.300 megavatios en Polonia. En Dinamarca, además, Iberdrola ha acordado acudir con Total a la próxima subasta offshore del país con el parque eólico marino Thor, con una capacidad de hasta mil megavatios. Tras esta última transacción, la compañía eleva a más de 30.000 megavatios su cartera de proyectos eólicos marinos en el mundo.
Es la primera operación corporativa en lo que va de año, tras haber completado una decena en 2020, a pesar de los desafíos de la compleja situación provocada por el Covid.
Iberdrola estaba en el mercado irlandés pero de forma muy testimonial. Sí que tiene más presencia en Irlanda del Norte, con proyectos como Rigged Hill y Corkey, de almacenamiento de energía.
La irrupción en la República de Irlanda y otros países es continuación del histórico plan de inversiones de 75.000 millones de euros para el período 2020-2025 que anunció el grupo el pasado año con el objetivo de «duplicar su capacidad renovable».
Iberdrola es junto con Next Era y Enel uno de los líderes mundiales en energías renovables, con una capacidad instalada de más de 33.000 megavatios. Se estima, según datos del grupo, que en los últimos veinte años, ha invertido 120.000 millones para posicionarse en energías limpias a nivel mundial. La carrera ahora se ha acelerado y uno de los frentes es la eólica marina.
Esta tecnología es tan intensiva en capital que Iberdrola necesitará socios. En proyectos de Estados Unidos y de Reino Unido, por ejemplo, ya se ha aliado a fondos como el danés CIP y el británico Green Investment Group, filial en Reino Unido del gigante financiero australiano Macquarie. Por ahora, para el proyecto en Irlanda no ha escogido nuevo socio más allá de DP Energy.
Fuente: Expansión.