Brexit: preguntas sin respuesta para el sector financiero.

Los bancos y los reguladores tratan de evitar los efectos más devastadores de la salida de Reino Unido.

El sector financiero europeo se encuentra en un nivel máximo de incertidumbre mientras los reguladores y los bancos intentan evitar los efectos más devastadores de la salida del mercado único por parte de Reino Unido, a tan solo 36 días de que termine el período de transición del Brexit.

Las negociaciones comerciales, las dudas de la UE sobre las discrepancias de Reino Unido con respecto a las normas continentales y el interés de Europa por tener un mayor control de las actividades denominadas en euros hacen que el sector tenga una serie de preguntas sin respuesta sobre su futuro después del 1 de enero.

Dado que ambas partes se niegan a ceder terreno en cuestiones vitales y los servicios financieros quedan fuera del alcance de las conversaciones del Brexit, los ejecutivos temen que la falta de claridad pueda conducir a alteraciones del mercado y a un aumento de los costes para los clientes, después de un año en el que el coronavirus ha causado estragos.

«Éste es el período de máxima incertidumbre», según ha declarado David Schwimmer, consejero delegado de London Stock Exchange (LSE), a Financial Times. «Parece que la UE se asegurará de que el Brexit tenga un coste, pero es muy importante que las empresas globales puedan participar en los mercados más grandes. Una menor fragmentación y más cooperación y continuidad del servicio redundaría en interés de todos», añadió.

Máxima incertidumbre

A diferencia de la mayoría de los demás sectores económicos, el de los servicios financieros ha quedado excluido en gran medida de las conversaciones comerciales sobre la futura relación entre Reino Unido y la UE, a pesar de su importancia para las economías británica y europea.

La UE rechazó las propuestas de Reino Unido de incluir un capítulo detallado sobre servicios financieros, que abarcara cuestiones como la cooperación reguladora en cualquier acuerdo comercial, argumentando que podría convertirse en un intento de retener el acceso al mercado por la puerta de atrás.

La exclusión significa que los bancos, las bolsas y otros servicios de la City, así como las entidades internacionales con presencia en Londres, cuentan con una serie de acuerdos y cambios de última hora. «Algunas firmas ya han establecido sus propios planes, pero hay muchas que piensan que habrá sorpresas en el último minuto», opina Sam Tyfield, socio del bufete de abogados Shoosmiths en Londres.

Goldman Sachs anunció el martes que crearía un centro en París para Sigma X, su plataforma privada para negociar acciones, para garantizar que pueda continuar su actividad si no hay acuerdo.

Ese mismo día, el fondo de inversión inmobiliaria Segro debutó en Euronext Paris para proteger su estructura cuando termine el período de transición del Brexit.

Esos planes de contingencia se han anunciado la misma semana en que los reguladores europeos también han introducido cambios para evitar el caos en el mercado de contratos de derivados entre Reino Unido y la UE.

Hasta ahora Bruselas ha guardado silencio sobre qué concesiones relacionadas con la equivalencia puede esperar la City. Las autoridades de la UE reconocen que, a pesar de que la equivalencia está formalmente separada de las conversaciones sobre las futuras relaciones con Reino Unido, ambas cuestiones están políticamente relacionadas.

Bruselas se muestra reacia a dar a conocer sus bazas hasta que no concluyan las negociaciones comerciales, mientras el destino de sectores sensibles de la Unión Europea, como la pesca, siga siendo incierto.

La UE también ha advertido sobre la dificultad de evaluar la equivalencia de Reino Unido dada la situación dinámica creada por el Brexit, en la que Reino Unido ha dejado claro que el objetivo de abandonar la UE es liberarse de las normas europeas.


Fuente: Expansión.