CaixaBank prevé rentabilizar el coste de la fusión con Bankia en tres años.

Gortázar defiende que la integración mejorará en uno o dos puntos la rentabilidad en 2022. «La operación es una gran oportunidad de crear valor para todos los grupos de interés», afirma.

La creación del primer grupo financiero en España ya tiene el aval de los accionistas. CaixaBank aprobó ayer, con un 99,71% de los votos a favor, su fusión por absorción con Bankia, que alumbrará un banco con más de 660.000 millones de euros y más de 20 millones de clientes.

Dos días antes, la operación había recibido el visto bueno de la junta de Bankia. Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank, anticipó a los accionistas que los costes de la integración se rentabilizarán en menos de tres años.

Las entidades estiman unos costes de reestructuración de unos 2.200 millones, que equivale a menos de tres años de los ahorros anuales previstos de 770 millones anuales por la integración. Estos ahorros suponen el 42% de la base de costes de Bankia a cierre de 2019.

«La operación es una gran oportunidad de crear valor para todos los grupos de interés incluyendo, por supuesto, a los accionistas; los de CaixaBank y también los de Bankia», justificó Gortázar, que asumirá también el rol de consejero delegado en la nueva CaixaBank.

Gortázar puso en valor la experiencia de la entidad en anteriores integraciones, que superaron incluso las expectativas en ahorros, como en los casos de Banca Cívica, Banco de Valencia y Barclays.

Integración número 85

La integración de Bankia será la número 85 que hará CaixaBank en su historia. En esta misma línea, José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia, sugirió el pasado martes ante los accionistas de Bankia que el ahorro de costes podría superar las cifras previstas.

Para lograr estos ahorros, el banco fusionado tendrá que hacer un ajuste de empleo y cerrar oficinas. De momento, las entidades trabajan en «cuantificar el excedente» de plantilla y perfilar las fórmulas «más adecuadas desde el punto de vista empresarial y también personal», según el consejero delegado de CaixaBank. Aunque no hay cifras oficiales, se estima que el ajuste de plantilla podría ascender a unos 8.000 empleados. Las cúpulas de CaixaBank y Bankia se comprometen a negociar con los sindicatos las salidas a partir de marzo, cuando está prevista que se cierre la fusión legal.

Los gestores de CaixaBank y Bankia prevén aumentar además en 290 millones los ingresos gracias a la unión. En este sentido, Gortázar justificó la operación como respuesta a la presión sobre los ingresos bancarios y advirtió de que el sector operará en un entorno de tipos negativos hasta finales de esta década. También alertó de que las consecuencias económicas provocadas por la pandemia todavía «no son plenamente visibles», lo que genera incertidumbre sobre su impacto en el sector financiero.

Antelación

«En esta situación es crítico trabajar con antelación para asegurar la sostenibilidad a largo plazo, con estructuras de costes más eficientes y mayor capacidad de inversión. Por eso nos hemos embarcado en este proyecto», defendió el consejero delegado de CaixaBank ante la junta, que tuvo un quórum del 70,33%.

La entidad combinada prevé que en 2022 la rentabilidad sobre capital tangible (ROTE) mejorará en uno o dos puntos porcentuales respecto a un camino en solitario. En base al consenso del mercado, el ROTE se podría elevar al entorno del 8% dentro de dos años y el beneficio por acción podría mejorar un 28%. A cierre de septiembre, la rentabilidad sobre capital tangible de CaixaBank se sitúa en el 5% y la de Bankia en el 1,9%.

Beneficios

«La entidad resultante será por tanto una entidad fuerte, bien provisionada y bien capitalizada. Estamos convencidos de que la operación que proponemos será beneficiosa para todos los grupos de interés», enfatizó.

Por su parte, Jordi Gual, que presidió su última junta (ver información adjunta), destacó que CaixaBank se anticipa a la «nueva ola de reestructuración» del sector con la fusión con Bankia, a quien definió como el «mejor socio» para combatir los bajos tipos de interés, la transformación digital, el aumento de la competencia con la entrada de nuevos jugadores tecnológicos y los mayores costes por la regulación.

La junta de CaixaBank dio también el visto bueno a la entrada en el consejo de administración de la futura entidad, tras la fusión legal, de los cuatro consejeros procedentes de Bankia, incluido Goirigolzarri, quien ejercerá como presidente de la nueva CaixaBank. Y a la incorporación como consejera dominical de la representante del Frob, Teresa Santero, y del actual presidente no ejecutivo de BPI, Fernando María Costa, como consejero externo.

El proyecto de fusión fija un canje de 0,6845 acciones nuevas de CaixaBank por cada título de Bankia.

El canje supone que los accionistas de CaixaBank controlarán el 74,2% del capital de la nueva entidad, y los de Bankia el 25,8%.

El Frob, que tiene casi el 62% de la actual Bankia, pasará a controlar un 16,1% en la entidad combinada. Alguno de los accionistas que intervinieron en la junta criticaron que el Estado se siente en el consejo, a lo que Gual respondió que la nueva consejera cumple con los requisitos de profesionalidad.


Fuente: Expansión.