El banco, que acaba de iniciar un ERE por motivos económicos que afecta a 3.600 empleados, reducirá su red a unas 2.000 oficinas.
Santander echó el cierre en 2019 a 1.150 sucursales para eliminar duplicidades tras la absorción de Popular, que en el momento de la compra era el sexto banco español por activos. Y entre febrero y julio de 2021 hará lo propio con otras 1.033 oficinas. En esta ocasión, el argumento esgrimido es que el Covid ha demostrado que los canales remotos son lo suficientemente eficientes como para prescindir de un número extra de oficinas.
Con este adelgazamiento, el banco habrá reducido su red comercial a apenas 2.000 sucursales en un tiempo récord. Por ponerlo en perspectiva, BBVA España tiene 2.521 oficinas (dato a 30 de septiembre) y CaixaBank, 3.672 sucursales.
De esas 1.033 oficinas que Santander cerrará próximamente, unas 690 son sucursales que el banco ha mantenido cerradas como consecuencia del Covid y que no han llegado a reabrir en ningún momento, según fuentes sindicales.
Territorios.
Del mapa de cierres por territorios diseñado por Santander, Madrid será la provincia más afectada. Prescindirá del 23% de la red comercial y se quedará con 426 sucursales operativas.
Le seguirá Barcelona, que pasará de tener 290 a 204 sucursales, según el plan preliminar. En la Comunidad Valenciana tiene previsto clausurar 50 locales, el 35% del total. Y en Cantabria, donde está la sede social y fiscal del banco, su presencia física se reducirá a la mitad.
En términos relativos, el lugar más afectado será Tenerife, que tras esta oleada de cierres verá reducido un 60% la densidad de sucursales.
«Los cambios de esta crisis nos obligan a adaptarnos porque la digitalización se va a acelerar todavía más», señaló hace unas semanas Ana Botín en un encuentro digital con empleados. «Habrá más disrupciones digitales, mayor presión regulatoria y los nuevos competidores tecnológicos crecerán más rápido», añadió.
Según datos aportados a los sindicatos, la mitad de las ventas de productos de Santander ya se realizan por canales remotos y la operativa de caja ha caído un 50% en los últimos tres años. Además, la transaccionalidad remota está aumentando a tasas del 40%. «Nuestra obligación es adaptar el modelo de distribución a esta realidad», señaló José Antonio Álvarez, consejero delegado de Santander, en la presentación de resultados del tercer trimestre para justificar el proceso de ajuste.
En las oficinas más modernas, las Smart Red, que están especializadas en asesoramiento, el servicio de ventanilla es mínimo y sólo está disponible de 9 a 11 horas.
Condiciones del ERE.
Por otra parte, los empleados de Santander ya han empezado a apuntarse al EREfirmado hace unas semanas con los sindicatos, que contempla 3.572 salidas, el 13% de la plantilla. Se trata del ajuste más elevado realizado por Santander en sus más de 160 años de historia.
La entidad prejubilará a empleados de 50 a 54 años con el 65% del salario bruto de seis anualidades (excluido cualquier tipo de retribución variable), con un tope de 320.000 euros, más primas por voluntariedad que alcanzan los 30.000 euros en el caso de antigüedades de más de 15 años.
Los empleados de 55 a 57 años podrán prejubilarse con el 74% del salario de seis anualidades más primas. Y los de más de 58 años, con el 76%. El banco se ha comprometido a no realizar despidos forzosos en este tramo.
Las indemnizaciones acordadas en las bajas incentivadas serán de 40 días por año trabajado, con un tope de 24 mensualidades, más primas de hasta 30.000 euros según antigüedad.
Con motivo de la absorción de Popular dejaron el banco más de 4.300 personas. La inmensa mayoría a través de prejubilaciones y bajas voluntarias.
Fuente: Expansión.